Son las representaciones valiosas y clarificadoras de los
procesos de enseñanza-aprendizaje, que facilitan su conocimiento y propician la
mejora de la práctica, al seleccionar los elementos más pertinentes y descubrir
la relación de interdependencia que se da entre ellos.
Los modelos didácticos presentan dos dimensiones fundamentales:
La dimensión estructural que se refiere
al carácter descriptivo de los elementos intervinientes (profesor, alumno,
objetivos etc.), y la dimensión funcional que atañe a la
dinámica o comportamiento del modelo en la realidad.
Tipos de modelos didácticos
Modelo didáctico tradicional
Pretende formar a los alumnos dándoles a conocer las
informaciones fundamentales de la cultura vigente. Los contenidos se conciben
desde una perspectiva más bien enciclopédica y con un carácter acumulativo y
tendiente a la fragmentación, es decir, el saber correspondiente a un tema más
el saber correspondiente a otro, y así en más. Este modelo se centraba en el
profesorado y en los contenidos.
Los aspectos metodológicos, el contexto y,
especialmente, el alumnado, quedaban en un segundo plano
No se toman en consideración las concepciones o ideas de los
alumnos y por lo tanto tampoco se tienen en cuenta sus propios intereses.
La
característica fundamental del modelo didáctico tradicional es su obsesión por
los contenidos de enseñanza, entendidos por lo general como meras
"informaciones" más que como conceptos y teorías.
Modelo didáctico tecnológico
Es considerado un
intento de superación del modelo didáctico tradicional. Se recurre a la
combinación de exposición y ejercicios prácticos específicos, lo que suele
plasmarse en una secuencia de actividades muy detallada y dirigida por el
profesor que responde a procesos de elaboración del conocimiento previamente
determinados
A la hora de la
evaluación se intenta medir las adquisiciones disciplinares de los alumnos,
aunque también hay una preocupación por comprobar la adquisición de otros
aprendizajes más relacionados con los mecanismos metodológicos empleados. Se
preocupa no sólo por la enseñanza de contenidos más adecuados a la realidad
actual, elaborados por expertos y enseñados por profesores adiestrados en su
tarea, sino que otorga especial relevancia a las habilidades y capacidades
formales (desde las más sencillas, como lectura, escritura, cálculo, hasta las
más complejas, como resolución de problemas, planificación, reflexión,
evaluación) que permitirían al alumno una mayor capacidad de adaptación.
Por otra parte, tampoco este enfoque tiene en cuenta
realmente las ideas o concepciones de los alumnos, pues cuando llega a tomarlas
en consideración lo hace con la intención de sustituirlas por el conocimiento
"adecuado" representado por el referente disciplinar, aun así se mantiene como una especie de modelo
idealizado con cierta aureola de rigor y eficacia en la consideración de muchos
docentes.
Modelo didáctico espontaneísta-activista
El mismo propone una educación basada en la realidad que
rodea al alumno, bajo la convicción de que el contenido verdaderamente
importante para ser aprendido por ese alumno debe ser una expresión de sus
intereses y experiencias y, consecuentemente, se halla en el entorno en que
vive.
Sin embargo, tampoco en este modelo se tienen en cuenta las ideas o
concepciones de los alumnos sobre las temáticas objeto de aprendizaje, sino
que, más bien, se atiende a sus intereses más o menos explícitos.
En este modelo es importante que el alumno aprenda a
observar, a buscar información y descubrir su propio aprendizaje. Para
facilitarlo se promueven determinadas actitudes como curiosidad por el entorno,
cooperación en trabajo común etc.
Modelo Activo-situado
Es la superación y alternativa al asentado modelo
tradicional. Caracteriza al estudiante como un ser autónomo y responsable, que
adopta las decisiones y tareas que mejor responden a su condición vital, y
aprovecha los escenarios formativos en los que participa, especialmente las
experiencias personales y escolares, así como las actuaciones extra-escolares.
Surge como la superación y alternativa al asentado
denominado tradicional, entre las características del cambio se señalan:
1. El predominio de los estudiantes como los verdaderos
protagonistas del aprendizaje.
2. La aceptación de la autonomía y la libertad individualizada.
2. La aceptación de la autonomía y la libertad individualizada.
3. La continua adaptación de los estudiantes a los
conocimientos académicos.
Modelo contextual
Concibe la producción escrita como proceso comunicativo social interdisciplinario que adquiere pleno significado en el contexto físico, social y cultural en el que se desarrolla la actividad académica. Su fundamentación teórica subyace en los modelos cognitivos.
Modelo estructural
El modelo supone un recurso para el análisis y discusión de
problemas relacionados con la enseñanza, al tiempo que es una estructura-guía
para la planificación de la enseñanza.
El problema de planificar y analizar el currículo requiere
la interacción entre tres grandes dimensiones.
Por un lado, el eje del
conocimiento que viene a ser como una dimensión que transcurre desde el
conocimiento experiencial que el sujeto adquiere en su vida cotidiana hasta el
conocimiento formal que se condensa a las disciplinas científicas.
El segundo eje es el método de enseñanza. Una dimensión que
transcurre entre los métodos centrados en el profesor, hasta los métodos más
centrados en el alumno.
El tercer eje de la estructura lo constituyen los objetivos
de la enseñanza. La dimensión objetivos comprende los distintos tipos o áreas
de aprendizaje que irían desde objetivos intelectuales, hasta objetivos acerca
del conocimiento de sí mismo.
Modelo Colaborativo
Es la representación de la actividad de enseñanza como una
práctica colegiada, interactiva y tomada en equipo, como función compartida en
la que el profesorado y los estudiantes son agentes corresponsables y
protagonistas de la acción transformadora.
La colaboración se apoya en la
vivencia en común del proceso de enseñanza-aprendizaje, diseñado y desarrollado
como un espacio de implicación y con reflexión entre educadores y educandos, de
éstos entre sí, en cuanto autores de la formación personal y en equipo. Este
modelo amplía las posibilidades de los anteriores y coloca al educador ante un
gran compromiso de acción y mejora integral de sí mismo y de la comunidad.
Modelo comunicativo-interactivo
Este modelo ha contribuido a conocer y profundizar en las
actuaciones del docente y el impacto en los estudiantes y comunidad escolar. El
proceso instructivo-formativo requiere el dominio y desarrollo de la capacidad
comunicativa, en sus dimensiones semántica, sintáctica y pragmática, que hemos
de hacer realidad elaborando modelos que las interpreten y clarifiquen.
Cazden manifiesta que
la comunicación en la clase ha de afectar a:
1. El análisis de las estructuras de participación.
2. El estudio comprensivo de la lección.
3. El proceso y planteamiento de las demandas de los
estudiantes.
4. Las preguntas del profesorado y respuestas de los
estudiantes.
Modelos didácticos alternativos
Estos modelos se proponen como finalidad educativa el
enriquecimiento del conocimiento de los alumnos en una dirección que conduzca
hacia una visión más compleja y crítica de la realidad, que sirva a su vez de
fundamento para una participación responsable sobre la misma.
En este proceso es fundamental que el alumno tome conciencia
de sus propias ideas como primer paso hacia su transformación.
Se promueve el
enfrentamiento de los alumnos con situaciones conflictivas que desafíen sus
ideas previas y los estimula a considerar concepciones alternativas sobre un
mismo. La provisión de estas nuevas teorías o concepciones define uno de los
aspectos centrales del rol docente. No obstante, en los modelos alternativos
los nuevos conocimientos deben construirse a través de la interacción y el
intercambio en el ámbito educativo.
Ello supone que la evolución hacia
conocimientos más complejos requiere de diálogo, confrontación de ideas y
actividades individuales y colectivas.
Aprendizaje para el dominio
El aprendizaje es función del aprovechamiento real y
profundo, que cada persona hace del uso del tiempo. La biografía cognitiva del
alumno/a es lo verdaderamente valioso para alcanzar el aprendizaje para el
dominio, sin olvidar la importancia de la comprensión verbal, el estilo de
aprendizaje y las variables afectivas.
El aprendizaje para el dominio es función de:
• Las características de cada estudiante.
• La enseñanza-presentación del saber.
• La información-refuerzo.