viernes, 27 de septiembre de 2019

Modelos Didácticos

Son las representaciones valiosas y clarificadoras de los procesos de enseñanza-aprendizaje, que facilitan su conocimiento y propician la mejora de la práctica, al seleccionar los elementos más pertinentes y descubrir la relación de interdependencia que se da entre ellos.

Los modelos didácticos presentan dos dimensiones fundamentales:
La dimensión estructural que se refiere al carácter descriptivo de los elementos intervinientes (profesor, alumno, objetivos etc.), y la dimensión funcional que atañe a la dinámica o comportamiento del modelo en la realidad. 

Tipos de modelos didácticos


Modelo didáctico tradicional 


Pretende formar a los alumnos dándoles a conocer las informaciones fundamentales de la cultura vigente. Los contenidos se conciben desde una perspectiva más bien enciclopédica y con un carácter acumulativo y tendiente a la fragmentación, es decir, el saber correspondiente a un tema más el saber correspondiente a otro, y así en más. Este modelo se centraba en el profesorado y en los contenidos. 


Los aspectos metodológicos, el contexto y, especialmente, el alumnado, quedaban en un segundo plano
No se toman en consideración las concepciones o ideas de los alumnos y por lo tanto tampoco se tienen en cuenta sus propios intereses. 

La característica fundamental del modelo didáctico tradicional es su obsesión por los contenidos de enseñanza, entendidos por lo general como meras "informaciones" más que como conceptos y teorías.

Modelo didáctico tecnológico 


Es considerado un intento de superación del modelo didáctico tradicional. Se recurre a la combinación de exposición y ejercicios prácticos específicos, lo que suele plasmarse en una secuencia de actividades muy detallada y dirigida por el profesor que responde a procesos de elaboración del conocimiento previamente determinados


A la hora de la evaluación se intenta medir las adquisiciones disciplinares de los alumnos, aunque también hay una preocupación por comprobar la adquisición de otros aprendizajes más relacionados con los mecanismos metodológicos empleados. Se preocupa no sólo por la enseñanza de contenidos más adecuados a la realidad actual, elaborados por expertos y enseñados por profesores adiestrados en su tarea, sino que otorga especial relevancia a las habilidades y capacidades formales (desde las más sencillas, como lectura, escritura, cálculo, hasta las más complejas, como resolución de problemas, planificación, reflexión, evaluación) que permitirían al alumno una mayor capacidad de adaptación.

Por otra parte, tampoco este enfoque tiene en cuenta realmente las ideas o concepciones de los alumnos, pues cuando llega a tomarlas en consideración lo hace con la intención de sustituirlas por el conocimiento "adecuado" representado por el referente disciplinar, aun así  se mantiene como una especie de modelo idealizado con cierta aureola de rigor y eficacia en la consideración de muchos docentes. 


Modelo didáctico espontaneísta-activista 


El mismo propone una educación basada en la realidad que rodea al alumno, bajo la convicción de que el contenido verdaderamente importante para ser aprendido por ese alumno debe ser una expresión de sus intereses y experiencias y, consecuentemente, se halla en el entorno en que vive. 


Sin embargo, tampoco en este modelo se tienen en cuenta las ideas o concepciones de los alumnos sobre las temáticas objeto de aprendizaje, sino que, más bien, se atiende a sus intereses más o menos explícitos.

En este modelo es importante que el alumno aprenda a observar, a buscar información y descubrir su propio aprendizaje. Para facilitarlo se promueven determinadas actitudes como curiosidad por el entorno, cooperación en trabajo común etc.

Modelo Activo-situado 


Es la superación y alternativa al asentado modelo tradicional. Caracteriza al estudiante como un ser autónomo y responsable, que adopta las decisiones y tareas que mejor responden a su condición vital, y aprovecha los escenarios formativos en los que participa, especialmente las experiencias personales y escolares, así como las actuaciones extra-escolares.


Surge como la superación y alternativa al asentado denominado tradicional, entre las características del cambio se señalan:

1. El predominio de los estudiantes como los verdaderos protagonistas del aprendizaje. 
2. La aceptación de la autonomía y la libertad individualizada.
3. La continua adaptación de los estudiantes a los conocimientos académicos. 



Modelo contextual


Concibe la producción escrita como proceso comunicativo social interdisciplinario que adquiere pleno significado en el contexto físico, social y cultural en el que se desarrolla la actividad académica. Su fundamentación teórica subyace en los modelos cognitivos.

Modelo estructural  


El modelo supone un recurso para el análisis y discusión de problemas relacionados con la enseñanza, al tiempo que es una estructura-guía para la planificación de la enseñanza.

El problema de planificar y analizar el currículo requiere la interacción entre tres grandes dimensiones.
Por un lado, el eje del conocimiento que viene a ser como una dimensión que transcurre desde el conocimiento experiencial que el sujeto adquiere en su vida cotidiana hasta el conocimiento formal que se condensa a las disciplinas científicas.
El segundo eje es el método de enseñanza. Una dimensión que transcurre entre los métodos centrados en el profesor, hasta los métodos más centrados en el alumno.  
El tercer eje de la estructura lo constituyen los objetivos de la enseñanza. La dimensión objetivos comprende los distintos tipos o áreas de aprendizaje que irían desde objetivos intelectuales, hasta objetivos acerca del conocimiento de sí mismo.

Modelo Colaborativo 


Es la representación de la actividad de enseñanza como una práctica colegiada, interactiva y tomada en equipo, como función compartida en la que el profesorado y los estudiantes son agentes corresponsables y protagonistas de la acción transformadora.

La colaboración se apoya en la vivencia en común del proceso de enseñanza-aprendizaje, diseñado y desarrollado como un espacio de implicación y con reflexión entre educadores y educandos, de éstos entre sí, en cuanto autores de la formación personal y en equipo. Este modelo amplía las posibilidades de los anteriores y coloca al educador ante un gran compromiso de acción y mejora integral de sí mismo y de la comunidad.  

Modelo comunicativo-interactivo 

Este modelo ha contribuido a conocer y profundizar en las actuaciones del docente y el impacto en los estudiantes y comunidad escolar. El proceso instructivo-formativo requiere el dominio y desarrollo de la capacidad comunicativa, en sus dimensiones semántica, sintáctica y pragmática, que hemos de hacer realidad elaborando modelos que las interpreten y clarifiquen.

Cazden  manifiesta que la comunicación en la clase ha de afectar a:
1. El análisis de las estructuras de participación.
2. El estudio comprensivo de la lección.
3. El proceso y planteamiento de las demandas de los estudiantes.
4. Las preguntas del profesorado y respuestas de los estudiantes.

Modelos didácticos alternativos 

Estos modelos se proponen como finalidad educativa el enriquecimiento del conocimiento de los alumnos en una dirección que conduzca hacia una visión más compleja y crítica de la realidad, que sirva a su vez de fundamento para una participación responsable sobre la misma.

En este proceso es fundamental que el alumno tome conciencia de sus propias ideas como primer paso hacia su transformación. 

Se promueve el enfrentamiento de los alumnos con situaciones conflictivas que desafíen sus ideas previas y los estimula a considerar concepciones alternativas sobre un mismo. La provisión de estas nuevas teorías o concepciones define uno de los aspectos centrales del rol docente. No obstante, en los modelos alternativos los nuevos conocimientos deben construirse a través de la interacción y el intercambio en el ámbito educativo. 
Ello supone que la evolución hacia conocimientos más complejos requiere de diálogo, confrontación de ideas y actividades individuales y colectivas.


Aprendizaje para el dominio

El aprendizaje es función del aprovechamiento real y profundo, que cada persona hace del uso del tiempo. La biografía cognitiva del alumno/a es lo verdaderamente valioso para alcanzar el aprendizaje para el dominio, sin olvidar la importancia de la comprensión verbal, el estilo de aprendizaje y las variables afectivas.

El aprendizaje para el dominio es función de:
• Las características de cada estudiante.
• La enseñanza-presentación del saber.
• La información-refuerzo.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Concepto de estilo de enseñanza



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El término estilos de enseñanza ha tenido diferentes significados dependiendo de la utilización que le han dado los indagadores del tema y, por lo tanto, su empleo ha sido polisémico, asunto que es común a muchos otros términos, sobre todo de las ciencias sociales humanas.

Tomando en cuenta los estilos de enseñanza desarrolladas desde la psicología sobre los estilos cognitivos y estilos de aprendizaje, ha surgido una extensión del concepto de estilos en el ámbito de la enseñanza y ha sido adoptado para referirse a las diferencias claramente identificables entre los profesores en relación con sus formas de enseñar.

Acerca de esto, Lozano (2006) sostiene que es frecuente que un profesor tienda a enseñar de la manera en que le gustaría que le enseñaran a él, es decir, enseña como a él le gustaría aprender, enseña según su propio estilo.



Camargo y Hederich (2007), además de hacer un análisis de diferentes propuestas de conceptualización de estilos de enseñanza o estilos pedagógicos, formulan varios interrogantes que para nuestro caso son sumamente relevantes. Estos autores se preguntan:

  • ¿No son suficientes las nociones que ya tenemos para describir las actividades de los profesores, como la de “enfoque pedagógico o perspectiva didáctica” para describir el comportamiento del profesor en el espacio del aula de clase? 
  • ¿Tiene esta noción sentido, interés o utilidad en el contexto de las investigaciones psicopedagógicas contemporáneas?


Después de hacer un análisis de la literatura que de forma explícita utiliza el término estilo pedagógico o estilo de enseñanza, estos autores afirman que existe la necesidad de desarrollo de conocimiento en este campo.

En particular es necesario clarificar las dimensiones utilizadas en las definiciones de las tipologías estableciendo, para cada una de ellas, sus condiciones diferenciadoras, su estabilidad temporal, su neutralidad valorativa y su co-ocurrencia con las otras dimensiones utilizadas. Estos aspectos han tenido poca atención por parte de los investigadores en el campo.

Esto lleva a la conclusión de diferentes autores que la pregunta por el concepto de estilo de enseñanza sigue abierta al debate y sigue motivando investigaciones  en el campo de la educación. Entonces, ¿Qué se entiende por estilo de enseñanza? En la actualidad, la mayoría de los indagadores resaltan algunos factores en común que los estilos de enseñanza deben poseer: La moralidad del profesor, individualidad en toma de decisiones del maestro, la diversidad de formas y estilos de como el profesor es capaz de compartir información.

Actualmente, no existe una definición exacta de estilos de enseñanza, algunos de los factores que contribuyen a esta situación son: la variación de estilos de docente en docente, el propio cuestionamiento de la utilidad de dicho concepto debido a la existencia del enfoque pedagógico y la perspectiva didáctica que se consideran suficientes para monitorear lo impartido por el docente en el aula.

Estos factores hacen que la búsqueda de una definición sea muy amplia, no obstante, este hecho ha provocado que los estudiosos de la materia formulen múltiples teorías y conceptos de donde se pueden tomar bases para crear un concepto propio de estilos de enseñanza.

Visto de forma similar, Weber (1976) se refiere a los estilos de enseñanza a partir de cuatro interrogantes que han de hacerse los profesores, en cuyas respuestas revelarán aquellos modelos que dan cuenta de su actividad docente. Estas preguntas son:


  • ¿Qué piensa de la finalidad de la educación? 
  • ¿Cómo debe trasmitir la información que posee? 
  • ¿Qué deben hacer los alumnos con la información que han adquirido? 
  • ¿Cuál es el escenario más idóneo para estos desarrollos?


Tomando en consideración las preguntas, Lozano (2006) plantea en resumen los principios sobre los estilos:

Modos, formas, adopciones o maneras particulares y características de pensar el proceso educativo y de asumir el proceso de enseñanza aprendizaje en un contexto específico que se manifiestan en actitudes, comportamientos, acciones, procedimientos, actividades que se ponen en juego en la praxis docente en función de aspectos como: ambiente de aula, relación, interacción, socialización y orientación de los estudiantes; organización, preparación o planificación de la actividad académica; presentación de la información, métodos de enseñanza, dirección, conducción y control del proceso de enseñanza aprendizaje, dirección de las tareas y evaluación.

Estos son producto de supuestos, principios, creencias, ideas y conceptos subyacentes a las prácticas pedagógicas que pueden ser más o menos conscientes, según Rendón.




¿En qué aspectos de la práctica se refleja la aplicación de un determinado estilo de enseñanza?



El proceso interactivo o la práctica de enseñanza–aprendizaje comienzan en la sala de clases, escenario donde surgen los procesos de trasformación de los estudiantes y de los docentes. El estilo de enseñanza se basa a partir del estilo propio y se refleja en la formación profesional y humana, guardando siempre unas disciplinas ya organizadas en cada sujeto.

 Callejas (2005) define los estilos de enseñanza como la forma en que el docente responde a su compromiso, orienta su labor e interrelaciona las experiencias educativas personales y sociales propias con las de los estudiantes dentro de un contexto específico.

Estilos pedagógicos



En los estilos pedagógicos se expresan virtudes morales, como la honestidad, el respeto, la fiabilidad, la humildad, la creatividad, la actitud reflexiva, la imparcialidad, todas las cuales son propias del proceso educativo.

El estilo pedagógico da cuenta de una manera de vincularse con los alumnos, entendiendo que pensar en la enseñanza es pensar en la comprensión de los alumnos y donde la práctica moral, en cuanto ética de la misma práctica, se construye en una relación que expresa como cualquier otra los vínculos solidarios, respetuosos de las diferencias y de los contextos en los cuales las prácticas se inscriben.

Como se puede estimar, hay algunos criterios que son más acogidos por los investigadores y estudiosos del tema; de igual forma, los autores consideran una gran variedad de criterios que pueden ser agrupados  de varias maneras. Al respecto, Callejas (2005) plantea cuatro dimensiones esenciales para los estilos pedagógicos:

  •        El saber: hace referencia al dominio de la disciplina que se enseña, a las capacidades para investigar y construir conocimiento pedagógico y didáctico sobre la disciplina y al sistema de creencias que ha elaborado desde su experiencia educativa.
  •     El saber hacer: implica el sentido y la significación de la práctica docente y los procesos de construcción que hace el profesor como parte de su historia de vida y de su proyecto docente.
  •    El saber comunicar: tiene que ver con las interacciones en los procesos de enseñanza y aprendizaje, en los que intervienen unos actores, profesor y estudiantes, que intercambian significados y experiencias y participan en contextos comunicativos
  •    El saber ser: se relaciona con la responsabilidad del docente de contribuir a la formación integral del estudiante desde una práctica que involucre valores y en la que es necesaria la toma de conciencia de la importancia del currículo oculto en la formación de los educadores.



¿Qué define la concepción de aprendizaje que un docente tenga en su práctica?


El docente puede modificar su estilo de enseñanza, a pesar de haberlo instaurado como propio, lo tiene que adaptar al estudiante, y así lograr un aprendizaje transformador y esto lo puede hacer mediante una reflexión crítica pedagógica respondiendo a las necesidades, intereses y problemáticas de una sociedad que está en permanente transformación. Un buen docente nunca se acomoda, él tiene claro que todos aprendemos diferente y desde allí el docente comienza a desarrollar un estilo de enseñanza. 

El docente ha de hacerse responsable de su estilo si quiere evitar el fracaso, y ha de tener claro que con la elección de su estilo está provocando diferentes pensamientos, sentimientos y acciones en los estudiantes, que en un estilo de receptividad hacen lo propio; razón suficiente para para que la intencionalidad en la elección de su estilo tenga un fin premeditado hacía el desarrollo del ser integral que es el alumno.

Docente-Discente 

Resultado de imagen para maestro y estudiante Los dos protagonistas del aprendizaje (docente, discente) tienen un estilo de aprendizaje configurado según las experiencias internas y externas vividas. Los estilos de los docentes tienen un carácter inicial de singularidad, pero deben articularse a factores sociales y culturales que hacen más compleja la diversidad en el salón de clases; el salón de clases es el escenario donde surgen diversas actividades básicas para el proceso de transformación de los estudiantes y de los docentes. Esta tendencia considera la importancia de un proceso básico; aprender, pero debido a la complejidad de este proceso, también la enseñanza tiene un grado de dificultad. Entonces, lo importante no es determinar con certeza lo que es cada proceso, sino cómo convergen y cómo pueden ser efectivos para los estudiantes y sus profesores. Así se puede afirmar que el estilo de enseñanza se origina a partir de la interacción entre docente y estudiante, y en ella, ambos se manifiestan como unidad, es decir el estilo de enseñanza influye en el estilo de aprendizaje y viceversa.

El estilo de enseñanza se observa en el estudiante en cuanto se inscribe como un modo de hacer del docente en estrecha relación con su deseo de saber. Este se estructura a partir del estilo propio y se alimenta de la formación profesional y humana, guardando siempre unas directrices ya organizadas en cada sujeto. Las actuaciones de docente y estudiante, que son el elemento fundamental del proceso de aprendizaje de ambos, requieren ser tenidas en cuenta para reinventar el vínculo educativo, mejorar la relación docente y estudiante y para contribuir a la calidad de lo que se enseña y de lo que se aprende. Una visión de la educación que cuente con el estilo ha de poner el acento en la posición del docente frente al saber y frente al estudiante. De ahí ha de partir el sistema educativo para la configuración del perfil de competencias docentes, el cual puede ser complementado para su desempeño laboral idóneo, con las clasificaciones y tipificaciones de los estilos de enseñanza.


Los rincones de aprendizaje



Las imágenes a compartir son de nuestra propia experiencia en nuestra jornada de los rincones de aprendizaje.


Los rincones de aprendizaje son espacios físicos dentro del aula donde se presentan materiales y recursos representativos del contexto y de los componentes culturales de los estudiantes. También son una herramienta didáctica que puede beneficiar a la estimulación de las inteligencias múltiples por medio de actividades.

Musical: es un proceso sumamente complejo que exige el desarrollo de habilidades específicas; auditivas de ejecución y de creación en tiempo real o diferido. Son los estudiantes que conectan más con los estilos de aprendizaje en los que la escucha activa es la base de la adquisición de la información. Suelen preferir la interacción verbal (discusiones, debates, canciones) a la hora de incorporar de forma natural el conocimiento con más facilidad para recordar las ideas esenciales de aquello que han escuchado.



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Perceptiva: en este rincón los niños aprenden experimentando. No se basan en lo teórico si o que en la experiencia sensorial (olfato, tacto, gusto, audio y vista). Toda la información que llega al cerebro, tiene que pasar por los sentidos, (Aristóteles).

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Tacto: Los niños con aprendizaje táctil logran una mayor absorción cuando emplean su sentido del tacto. Desde la temprana edad, los niños utilizan el sentido del tacto para conocer el mundo que los rodea y esto se observa claramente cuando el niño lleva a su boca todo lo que alcance.




Tecnológico: en este rincón el maestro se apoya de la tecnología para desarrollar su labor como docente. La necesidad de los rincones tecnológicos va aumentando conforme vamos cambiando/evolucionando y con esto los estudiantes de hoy ya no aceptan ni comparten mucho interés el utilizar los mismo métodos de enseñanza que se utilizaron anteriormente. Les dejo unas links de aplicaciones de aprendizaje para los niños.


Kinestésico: es el rincón del aprendizaje activo físico. El niño kinestésico aprende haciendo y experimentando. Es necesario darles la oportunidad de experimentar y que se dé cuenta de los eventos por sí mismos, viviendo y experimentando.

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Lectura: El rincón lingüístico está dirigido a favorecer lo oral (comprensión y expresión) de los niños a través de imágenes, cuentos, marionetas. De este modo, desarrollan su lenguaje, su entendimiento y su comunicación con los demás.


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Ganaza (2001), en su libro Aula Infantil, concreta que las intenciones educativas y el método de trabajo en los rincones de aprendizaje, inician en la organización del aula, por espacios dispuestos en función de las necesidades de los niños y hace posible junto a su actividad autónoma, la acción compartida en grupo. En cualquier caso el docente debe ser consciente de la estructura de las actividades, pues lo que interesa es promover el intercambio, la relación, la posibilidad de observar e intervenir de forma individual, pero también las interacciones entre compañeros, el juego colectivo y otras actividades grupales. El alumno habrá de encontrar los medios que hagan posible lo uno y lo otro, evitar en todo caso la adopción de organizaciones rígidas e inamovibles, es igualmente importante que el docente tome decisiones acerca del método que va a utilizar prioritariamente, ya que esto condicionará enormemente su organización. Algunos docentes que centran su actuación en el trabajo, solo organizan rincones con material didáctico y mobiliario, con la única finalidad de que los niños que terminan antes sus tareas o trabajos en clase, tengan un lugar a donde divertirse y no se trata de esto sino que todo lo contrario, el de utilizar el método de rincones por medio de la creatividad del docente.



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